Revisiones
J. García Campayo2 M. Tomás Flórez3J. M. Gómez Arguelles4
Hospital Universitario Miguel Servet y Centro de Salud María Auxiliadora
Antecedentes. La elevada prevalencia y enorme impacto
fi bromialgia. Pero, además, para cada subgrupo existen una
clínico y social de la fi bromialgia, junto a la complejidad de
serie de recomendaciones específi cas de tipo farmacológico,
su tratamiento, exigen consensos de actuación que sirvan de
psicológico y de modifi cación del entorno, que permitirán un
guía a los profesionales de la salud. Aunque existían algunos
abordaje personalizado del paciente con fi bromialgia en de-
documentos similares en nuestro idioma, la mayoría habían
pendencia de sus características clínicas individuales (dolor,
sido realizados desde la perspectiva de una única disciplina.
depresión, niveles de catastrofi zación, etc).
Palabras clave: Objetivo. Desarrollar un consenso sobre el tratamiento
Consenso, fi bromialgia, clasifi cación Giesecke
de la fi bromialgia realizado por representantes selecciona-
Actas Esp Psiquiatr 2010;38(2):108-120
dos y avalados por las principales sociedades médicas que intervienen en su tratamiento (reumatología, neurología, psiquiatría, rehabilitación y medicina de familia), así como
Interdisciplinary Consensus Document for the
representantes de las asociaciones de pacientes. Por otra parte, se enfatizó la comprensión de la enfermedad no como
treatment of fi bromyalgia
un trastorno homogéneo, sino como la suma de diferentes subtipos clínicos, con características sintomáticas específi cas
Backgrounds. The elevated prevalence and enormous
y necesidades terapéuticas distintas. Este abordaje represen-
clinical and social impact of fi bromyalgia, together with
taba una necesidad percibida por los clínicos y una novedad
the complexity of its treatment, require action consensu-
ses that guide health care professionals. Although there are some similar documents in our language, most have
Método. Se revisaron las diferentes clasifi caciones clí-
been made from the perspective of a single discipline.
nicas que se han propuesto en fi bromialgia, así como la evidencia científi ca de los tratamientos utilizados en esta
Objective. To develop a consensus on the treatment
enfermedad. Para la selección de la clasifi cación empleada
of fi bromyalgia made by selected representatives and
y para la realización de las recomendaciones terapéutica, se
supported by the principal medical associations that in-
emplearon algunas de las técnicas habituales para realizar
tervene in its treatment (rheumatology, neurology, psy-
los consensos (grupo nominal y brainstorming).
chiatry, rehabilitation and family medicine) and repre-sentatives of the associations of patients. On the other
Conclusion. La clasifi cación de Giesecke de la fi bromialgia
hand, understanding the disease not as a homogenous di-
en 3 subgrupos parece ser la que cuenta con mayor evidencia
sorders but also as the sum of different clinical subtypes,
científi ca y la más útil para el clínico. La guía ofrece una serie
having specifi c symptomatic characteristics and different
de recomendaciones generales para todos los pacientes con
therapeutic needs is stressed. This approach represented a need perceived by the clinicians and a novelty regarding previous consensuses.
Methods. The different clinical classifi cations pro-
posed in fi bromyalgia and the scientifi c evidence of the treatments used in this disease were reviewed. For the
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
selection of the classifi cation used and performance of
gia con el fi n de conseguir un consenso que unifi que cri-
the therapeutic recommendations, some of the usual te-
terios, partiendo de conceptos y prioridades diferentes. Se
chniques to obtain the consensus (nominal group and
ha pretendido superar la mera recopilación bibliográfi ca de
los documentos y guías ya existentes, y alcanzar un posi-cionamiento estratégico consensuado y basado en la mejor
Conclusion. The classifi cation of Giesecke of fi brom-
información científi ca disponible.
yalgia into 3 subgroups seems to have the greatest scien-tifi c evidence and the most useful for the clinician. The
Para lograr este objetivo en primer lugar fue preciso ele-
guide offers a series of general recommendations for all
gir, entre las posibles clasifi caciones existentes de subgrupos
the patients with fi bromyalgia. However, in addition, for
de fi bromialgia, aquella que mejor se adaptase a la práctica
each subgroup, there are a series of specifi c pharmacolo-
clínica. Para ello se reunió la información publicada sobre
gical and psychological-type recommendations and tho-
la enfermedad en su conjunto y los diversos estudios sobre
se of modifi cation of the environment, which will make
subgrupos de fi bromialgia, eligiendo por consenso como la
it possible to have a personalized approach to the patient
clasifi cación más acorde con la realidad práctica de la con-
with fi bromyalgia in accordance with their individual cli-
sulta, tanto de atención primaria como de atención especia-
nical characteristics (pain, catastrophizing levels, etc.).
lizada, la clasifi cación de Giesecke6. Dado que no se dispone en la actualidad ni de guías terapéuticas ni de documentos
Key words:
de consenso que ayuden a enfocar al paciente con fi bro-
Consensus, fi bromyalgia, Giesecke classifi cation
mialgia según el subgrupo al que pertenezca en función de sus características específi cas, el propósito último de este trabajo ha sido obtener un consenso multidisciplinario so-
JUSTIFICACIÓN DEL DOCUMENTO Y OBJETIVOS
bre cómo individualizar el tratamiento de pacientes en estos subgrupos seleccionados.
La fi bromialgia constituye un problema sanitario por su
elevada prevalencia, la importante afectación de la calidad de vida de los pacientes, los numerosos especialistas impli-
CONCEPTO, DEFINICIÓN Y EPIDEMIOLOGÍA
cados en su diagnóstico y tratamiento, las limitaciones en el conocimiento de su etiología, la inexistencia de un trata-
La fi bromialgia es una alteración crónica que se carac-
miento estándar y la multitud de tratamientos propuestos
teriza por la existencia en un individuo de un historial de
dolor diseminado y presencia de dolor a la presión y palpa-ción en localizaciones anatómicas defi nidas8,9. La naturaleza
Existen numerosas guías y documentos de consenso en
y existencia de esta entidad se identifi có en 1904 y se ha
España, casi todos elaborados desde el punto de vista de una
ido revisando desde entonces. La Organización Mundial de la
especialidad u orientados a la fi bromialgia entendida como
Salud (OMS) incorporó la fi bromialgia en su décima revisión
una entidad uniforme1-5. Sin embargo, este enfoque de la
de la clasifi cación internacional de enfermedades de 1991,
enfermedad como una entidad uniforme es controvertido,
asignando a la fi bromialgia el número M79.0 y clasifi cándola
como demuestra la insistente publicación de diferentes pro-
puestas sobre clasifi caciones y reorganización en subgrupos de los pacientes con fi bromialgia6-8.
En 1990 se publicó, bajo la dirección del American Co-
llege of Rheumatologist (ACR), un gran ensayo clínico mul-
Una aproximación más realista al tratamiento de estos
ticéntrico que estableció los criterios diagnósticos de fi bro-
pacientes, que fuera útil para los clínicos, debería enfocarlo
mialgia que se utilizan habitualmente en la actualidad. Se
desde el punto de vista de las distintas especialidades invo-
atribuyó a dicha defi nición una sensibilidad del 88,4 % y una
lucradas en su diagnóstico diferencial y tratamiento, y a su
especifi cidad del 81 % frente al juicio de expertos9.
vez tener en cuenta las posibles tipologías que presentan los pacientes y que permiten diferenciarlos entre sí. Además,
La historia natural de la fi bromialgia se ha seguido y
esta aproximación debería estar basada en información con-
monitorizado de manera prospectiva durante años en dis-
trastada y de estudios científi cos de calidad y concluyentes.
tintos estudios, en los que los pacientes expresaban, de ma-
Por desgracia, no siempre hay disponible información de
nera protocolizada y periódica, la intensidad de su dolor, el
estas características, por lo que en numerosas ocasiones se
estado funcional y los síntomas afectivos. En general, los
debe recurrir al juicio de expertos para suplir este défi cit de
hallazgos indican que, una vez que la enfermedad se esta-
blece, los pacientes continúan sintomáticos y no mejoran durante largos períodos de tiempo. Además, la alteración
Para la elaboración de este documento se ha reunido a
funcional empeora lentamente10-13. En otros estudios de
representantes de las especialidades médicas implicadas en
seguimiento se encontró que todos los pacientes conti-
el diagnóstico, seguimiento y tratamiento de la fi bromial-
nuaban con fi bromialgia 15 años más tarde. El 66 % de los
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
pacientes indicaba que tenía algún tipo de mejoría, pero otro 59 % manifestaba que persistía una astenia notable,
Tabla 1 Clasifi cación de subgrupos de
el 55 % consideraba que continuaba con un dolor o infl a-
fi bromialgia de Giesecke
mación entre moderado e intenso, y el 48 % presentaba trastornos del sueño14,15.
Valores moderados de depresión y ansiedadValores moderados de catastrofi smo y control del
La fi bromialgia es un problema frecuente en la práctica
clínica; su prevalencia difi ere según la población estudiada y
Valores elevados en depresión y ansiedad
oscila entre el 0,7 y el 20 %. En España, se sitúa entre el 2,1
Valores más elevados de catastrofi smo y más bajos de
y el 5,7 % de la población general adulta y ocupa el 10-20 %
de las consultas reumatológicas y el 5-8 % de las de aten-
ción primaria, con lo que es la causa más frecuente de dolor
Niveles normales de depresión y ansiedad
osteomuscular generalizado y crónico16,17.
Muy bajos niveles de catastrofi smo y el más elevado
Elevada hiperalgesia y sensibilidad al dolor
DIAGNÓSTICO Y CLASIFICACIÓN CLÍNICA Clasifi cación de Müller et al.7
Los criterios de la ACR han tenido la importante función
de dotar a la fi bromialgia de una identidad nosológica propia,
Se basa en signos clínicos y síntomas asociados. Divide a
y han permitido el desarrollo de una investigación fi able y cre-
los pacientes con fi bromialgia en 4 subtipos:
ciente, reconociendo la fi bromialgia como una entidad legítima y concreta dentro del ámbito de la medicina. Sin embargo, di-
a) fi bromialgia con extrema sensibilidad al dolor sin aso-
chos criterios fueron elaborados con el fi n de desarrollar una
investigación que permitiera el uso de una metodología orto-
b) fi bromialgia y depresión relacionada con el dolor co-
doxa y estandarizada, pero presentan limitaciones importantes
en su utilidad clínica. Así, por ejemplo, la ACR, basándose en la
c) depresión con síndrome fi bromiálgico concomitante,
recopilación de una extensa experiencia clínica, diagnóstica y
d) fi bromialgia debida a somatización.
terapéutica de más de 20.000 pacientes con fi bromialgia, me-diante un consenso colectivo de sus paneles de expertos, afi r-
Se trata de una clasifi cación descriptiva, propuesta en
mó que, para propósitos clínicos, es importante incluir en el
función de la experiencia clínica del autor, pero no obteni-
diagnóstico del paciente, además del dolor musculoesquelético,
da mediante análisis estadísticos. Por otra parte, el último
otras variables como la disfunción psicológica, que también son
grupo es discutible porque la somatización es un concep-
partes intrínsecas de esta enfermedad10. A partir de aquí se han
to cuestionado actualmente en psiquiatría y posiblemente
venido proponiendo una serie de procesos, adaptaciones de la
desaparecerá en futuras clasifi caciones. Ambas cosas cons-
defi nición y divisiones o agrupamientos clínicos estratégicos
tituyen una importante limitación para la elección de esta
Clasifi cación de Giesecke et al.6 Clasifi cación de Thieme et al.18
Está basada en variables obtenidas de 3 dominios di-
Utilizando el cuestionario West Haven-Yale Multidi-
ferentes: a) ánimo: mide la depresión mediante la Center mensional Pain Inventory (MPI) identifi ca 3 subgrupos:
for Epidemiologic Studies Depression Scale y la ansiedad rasgo evaluada mediante el State-Trait Personality Inven-tory; b) aspectos cognitivos: evalúa el catastrofi smo y el
a) disfuncionales. Son pacientes que perciben como eleva-
control del dolor mediante las subescalas del mismo nom-
da su sensibilidad ante el dolor, describen que el dolor
bre del Coping Strategies Questionnaire, y c) variables bio-
interfi ere mucho en sus vidas y reportan un elevado ma-
lógicas: incluye hiperalgesia/sensibilidad al dolor, valorada
lestar psicológico y escasa actividad debido al dolor;
mediante el dolorímetro y la presión dolorosa aplicada de
b) pacientes estresados en el aspecto interpersonal. Con-
forma aleatoria a niveles supraumbral. Con estas variables
sideran que las personas signifi cativas en sus vidas (pa-
reja, padres, hijos, cuidadores en general) no les apoyan demasiado en sus problemas con el dolor. Además pre-
Esta clasifi cación se adapta bien a la realidad clínica, al
sentan trastornos psiquiátricos asociados, y
incluir no sólo aspectos psicológicos como otras clasifi cacio-
c) pacientes que realizan un afrontamiento adaptativo. In-
nes, sino también biológicos y cognitivos. Además se ha de-
dividuos que sienten que reciben un buen apoyo social,
sarrollado utilizando modelos estadísticos adecuados como el
y que describen relativamente bajos niveles de dolor y
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
Tabla 2 Panel de expertos Sociedad
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria
Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física
Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
Fundación afectados de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica
Coordinador: Agustín Gómez de la Cámara
Aunque esta clasifi cación se ha empleado, además de en
bromialgia, proponiendo a todas las posibles disciplinas con
fi bromialgia, en otras enfermedades que cursan con dolor19,
implicación en el manejo de estos pacientes, a través de sus
su principal limitación es que basa la identifi cación de los
respectivas sociedades científi cas, que nombraran sus exper-
grupos en aspectos exclusivamente psicológicos sin incluir
tos para formar parte del grupo de consenso. Algunas de es-
tas sociedades declinaron participar. En la tabla 2 se recogen las sociedades científi cas y colegios profesionales fi nalmente implicados en la elaboración del documento, así como los
Clasifi cación de Hasset et al.19
profesionales que han participado en el mismo.
Está basada en el estilo del balance afectivo (affect balance style) utilizando el cuestionario Positive and Ne-Elaboración de las recomendaciones gative Affect Schedule (PANAS). Estos autores consideran, basándose en valores normativos de la población, que un
En la primera reunión celebrada con el panel, se es-
afecto positivo (AP) en el PANAS implica una puntuación
tableció un grupo coordinador y se acordó realizar el
superior a 35 y un afecto negativo (AN) elevado consiste
consenso siguiendo el método Delphi modifi cado según
en obtener una puntuación superior a 18,1. De esta forma
RAND-UCLA20. La comunicación con los panelistas en las
sucesivas rondas se efectuó mediante correo electróni-co. El grupo coordinador, basándose en la clasifi cación
de Giesecke6, elaboró una lista inicial de ítems con indi-
caciones terapéuticas para realizar la primera ronda Del-
c) reactivos: elevado AP/elevado AN, y
phi. La idoneidad de esta lista fue evaluada por todos los
d) depresivos: bajo AP/elevado AN.
miembros del panel, que a su vez podían añadir nuevas indicaciones en caso de que lo consideraran pertinente.
De nuevo, que la clasifi cación se limite al uso de un úni-
En la segunda ronda, tras reelaborar los ítems en fun-
co cuestionario psicológico supone una importante limita-
ción de los resultados de la primera, se añadió también
la valoración de la adecuación de cada propuesta. Cada ítem podía ser puntuado con una escala ordinal de 1 a
Tras analizar las propuestas de clasifi cación existentes, se
9 puntos, siendo 1 muy inapropiada y 9 muy apropiada.
decidió que a efectos prácticos, para la elaboración de este
. En la tercera y última ronda, cada ítem fue reevaluado
consenso, se tendría en cuenta la clasifi cación de Giesecke.
de nuevo. Tras la tercera se observó que la disparidad de las puntuaciones no permitía el uso de los procedimien-tos de consenso de RAND-UCLA por lo que se adoptó un
METODOLOGÍA
sistema de ponderación tradicional en el método Delphi21. Cada ítem o aportación se pondera, es decir, recibe una
Panel de expertos
puntuación por cada participante, y se prioriza. Se crea una jerarquía de interés consensuada lo que implica que
El grupo de trabajo se constituyó con representantes de
algunos ítems puedan desaparecer. En este caso los ítems
las diversas especialidades que atienden a pacientes con fi -
del tercil inferior se eliminaron, con lo que se llegó a la
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE Tabla 3 Niveles de calidad de la evidencia TERAPÉUTICO DE LOS PACIENTES CON FIBROMIALGIA
Metaanálisis de alta calidad, revisiones sistemáticas de
ensayos clínicos o ensayos clínicos de alta calidad con
Los objetivos del tratamiento en la fi bromialgia son ali-
viar el dolor, mantener o restablecer el equilibrio emocional,
Metaanálisis bien realizados, revisiones sistemáticas de
mejorar la calidad del sueño, la capacidad física, la astenia y
ensayos clínicos o ensayos clínicos bien realizados con
los problemas asociados. Teniendo en cuenta este objetivo se
establecieron una serie de recomendaciones que son comu-
Metaanálisis, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos o
ensayos clínicos con alto riesgo de sesgos
nes a todos los pacientes con fi bromialgia, y otras que son
Revisiones sistemáticas de alta calidad de estudios de
específi cas para el tratamiento de los pacientes en función
cohortes o de casos y controles. Estudios de cohortes o
del subgrupo de Giesecke al que pertenecen.
de casos y controles con riesgo muy bajo de sesgo y con alta probabilidad de establecer una relación causal
Estudios de cohortes o de casos y controles bien
Recomendaciones generales para todos los
realizados con bajo riesgo de sesgo y con una moderada probabilidad de establecer una relación causal
grupos de pacientes
Estudios de cohortes o de casos y controles con alto
riesgo de sesgo y riesgo signifi cativo de que la relación no sea causal
Para poder clasifi car adecuadamente a los pacientes y
manejarlos de la mejor forma posible es conveniente evaluar
Estudios no analíticos, como informes de casos y series
no sólo las variables físicas acostumbradas, sino también determinados aspectos psicológicos que son claves para la
evolución de la enfermedad. Una anamnesis dirigida y un algoritmo diagnóstico apropiado servirán para poder situar al paciente dentro del correspondiente subgrupo propuesto y proceder a su manejo terapéutico (tabla 5). Tabla 4 Fuerza de la recomendación
Como en otras enfermedades crónicas, la información
y educación son claves para el tratamiento de los pacientes,
Al menos un metaanálisis, revisión sistemática o ensayo
clínico clasifi cado como 1++ y directamente aplicable
independientemente del subgrupo al que pertenezcan.
a la población diana de la guía; o un volumen de evidencia científi ca compuesto por estudios clasifi cados
Los pacientes expresan como una de sus prioridades
como 1+ y con gran consistencia entre ellos
la necesidad de ser informados sobre la causa de la en-
Un volumen de evidencia científi ca compuesta por
fermedad y las estrategias más adecuadas para reducir los
estudios clasifi cados como 2++, directamente aplicable a la población diana de la guía y que demuestran
síntomas y mejorar la función23. Además, las enfermedades
gran consistencia entre ellos; o evidencia científi ca
crónicas, por su naturaleza, requieren que el paciente asu-
extrapolada desde estudios clasifi cados como 1++ o 1+
ma alguna responsabilidad en su cuidado24. Un paciente
Un volumen de evidencia científi ca compuesta por
bien informado sobre su enfermedad, su pronóstico y su
estudios clasifi cados como 2+ directamente aplicables a la población diana de la guía y que demuestran
tratamiento, está mejor preparado para enfrentarse a ella
gran consistencia entre ellos; o evidencia científi ca
y minimizar sus consecuencias. Una correcta información
extrapolada desde estudios clasifi cados como 2++
también puede facilitar el cumplimiento del tratamiento.
Evidencia científi ca de nivel 3 o 4; o evidencia científi ca
Aunque algunos profesionales han sugerido que el diag-
extrapolada desde estudios clasifi cados como 2+
nóstico de fi bromialgia podría tener efectos negativos, una
Práctica recomendada, basada en la experiencia clínica y
revisión sistemática demostró que hay evidencia de calidad
moderada-buena de que reduce la presión asistencial por parte de estos pacientes25.
Hay pocos ensayos clínicos aleatorizados (ECA) que
aceptación o rechazo defi nitivo de cada enunciado y se
analicen de forma aislada la efi cacia de la información/edu-
procedió a la redacción de las recomendaciones.
cación en fi bromialgia. Burchkhard et al.26 observaron una mejoría signifi cativa en la autoefi cacia y calidad de vida,
Las recomendaciones fi nales se avalaron según su grado
y Oliver et al.27 una disminución del catastrofi smo. En un
de evidencia para formular la fuerza de la recomendación
ensayo clínico realizado por Bosch et al.28 en un centro de
siguiendo los criterios del manual metodológico de la ini-
salud de Barcelona, uno de los grupos, que recibió 4 sesiones
ciativa GuiaSalud del Consejo Interterritorial de Salud del
educativas, mejoró de manera signifi cativa su percepción de
Ministerio de Sanidad y Política Social22 (tablas 3 y 4).
calidad de vida respecto al grupo control.
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
Tabla 5 Recomendaciones generales para todos los grupos Recomendación Grado de recomendación Calidad de la evidencia
En pacientes con fi bromialgia se deben evaluar los niveles de depresión y de
catastrofi smo porque estos datos tienen implicaciones terapéuticas
Es aconsejable realizar intervenciones educativas bien diseñadas ya
que pueden mejorar algunos parámetros de resultado (autoefi cacia, disminución del catastrofi smo, calidad de vida, etc.)
Los programas de ejercicios son uno de los tratamientos básicos. El ejercicio
aeróbico (caminar, bicicleta) es el que ha demostrado mayor evidencia científi ca de efi cacia. Puede mejorar la sensación global de bienestar, la función física y, probablemente, el dolor y la hiperalgesia
Una información adecuada sobre el diagnóstico, pronóstico y las
alternativas terapéuticas debe ser el primer paso en el abordaje de todo paciente con fi bromialgia
No se recomienda el uso de terapias experimentales o alternativas de
En la mayor parte de los ensayos clínicos la información/
en carga (caminar, danza, etc.) y en descarga (bicicleta,
educación se asocia con programas de ejercicios o forma
parte de tratamientos multidisciplinarios. La combinación
b) Ejercicios de fortalecimiento muscular. Pretenden me-
de educación y ejercicios se ha mostrado particularmente
jorar la fuerza, resistencia y potencia muscular realizan-
do contracciones musculares contra determinadas re-sistencias como bandas elásticas, pesas o el propio peso
La mayoría de las guías de práctica clínica destacan que
informar correctamente debe ser el primer paso en todo
c) Ejercicios de estiramiento o fl exibilidad. Su objetivo es
paciente con fi bromialgia. Una guía alemana publicada en
mejorar la fl exibilidad muscular y de los tejidos blandos.
200830 (de carácter multiprofesional y en la que también participaron asociaciones de pacientes) destaca que, a pesar
Se han publicado varias revisiones sistemáticas que ana-
de que el nivel de evidencia basado en ECA es limitado, in-
lizan la efi cacia de los programas de ejercicios, bien de forma
formar a los pacientes sobre el diagnóstico y las posibilidades
aislada31-33, combinados con otras formas de intervención34,35
terapéuticas debe tener el grado máximo de recomendación
o en el contexto de una revisión del conjunto de interven-
porque: a) desde la perspectiva del paciente el diagnóstico
ciones no farmacológicas36,37. Todas concluyen que hay evi-
de fi bromialgia a menudo sirve para acabar con un largo
dencia moderada-fuerte de que el ejercicio mejora algunos
periodo de incertidumbre y desinformación y una frustrante
parámetros de resultado. Probablemente la revisión de más
odisea a través del sistema sanitario; la información sobre
alta calidad metodológica es la publicada por la Colabo-
el diagnóstico se considera desde hace mucho tiempo un
ración Cochrane, cuya última actualización se publicó en
derecho esencial de los pacientes; b) desde la perspectiva del
200731. Incluye 34 ECA y concluye, con un nivel de evidencia
médico existe la obligación ética de informar a los pacientes
oro (véase www.cochranemsk.org), que el ejercicio aeróbi-
sobre el diagnóstico y las posibilidades terapéuticas.
co, de forma aislada y practicado a los niveles de intensidad recomendada, tiene efectos positivos sobre la sensación glo-
Hay un acuerdo prácticamente unánime en que los pro-
bal de bienestar, la función física y, probablemente, el dolor
gramas de ejercicios físicos deben ser uno de los tratamien-
y la hiperalgesia. Para obtener los benefi cios señalados el
tos básicos en todos los pacientes.
ejercicio debe prolongarse al menos 12 semanas. Varios ECA sugieren que los ejercicios de fortalecimiento pueden pro-
Se deben valorar fundamentalmente 3 opciones:
ducir también mejoras signifi cativas, pero se precisan más estudios. Hay pocos datos sobre la utilidad de los ejercicios
a) Ejercicios aeróbicos. Utilizan grandes grupos musculares
involucrándolos en movimientos repetidos, con aumen-to de la frecuencia cardíaca pero sin superar el umbral
Habitualmente los pacientes con fi bromialgia toleran
anaeróbico (hasta 70-85 % de la frecuencia cardíaca
mal los ejercicios. Jones et al.32 analizaron 46 ensayos clí-
máxima para la edad). Entre ellos se incluyen ejercicios
nicos y concluyen que la intensidad inicial debe ser inferior
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
a la recomendada para la población general ya que, si no,
Haüser et al.46, en un metaanálisis de alta calidad metodoló-
el número de abandonos es muy alto. Posteriormente debe
gica, concluyen que hay una gran evidencia sobre la efi cacia
irse incrementando hasta llegar a un nivel de intensidad
de los antidepresivos en la reducción del dolor, la fatiga, la
moderado. La adherencia a medio y largo plazo es otro de
depresión y las alteraciones del sueño. Los antidepresivos tri-
los grandes problemas y se han apuntado varias estrategias
cíclicos son los que presentan un mayor efecto en la reduc-
ción del dolor. Las dosis utilizadas en los estudios (entre 12,5 y 50 mg de amitriptilina al día) eran mucho menores que las
No se dispone de sufi cientes datos objetivos para reco-
empleadas para tratar la depresión, lo que sugiere un efecto
mendar terapias experimentales o alternativas en la fi bro-
analgésico independiente del efecto antidepresivo. Otro me-
mialgia en ninguno de los subgrupos de pacientes.
taanálisis publicado en 200847 concluye que la amitriptilina a dosis de 25-50 mg/día reduce el dolor y la depresión y,
A pesar de que existen multitud de terapias alterna-
además, mejora el sueño y la calidad de vida. Un metaaná-
tivas, no existe evidencia de que ninguna de ellas presen-
lisis específi co sobre la efi cacia de la amitriptilina en la fi -
te efi cacia en el tratamiento de la FM. Destacamos por
bromialgia48 también concluye que, en dosis de 25 mg/24 h,
ejemplo una de las terapias físicas como la estimulación
se mostró superior al placebo en los resultados sobre dolor,
magnética transcraneal (EMT). La EMT es una técnica no
fatiga, sueño y la impresión global de médico y paciente.
invasiva y con mínimos efectos secundarios (principal-mente cefalea) que ha demostrado efi cacia, aunque li-
La pregabalina ha sido la primera medicación aprobada
mitada, en la depresión. En el tratamiento de la fi bro-
por la Food and Drug Administration (FDA) para el trata-
mialgia se ha realizado un estudio piloto controlado, con
miento de la fi bromialgia. Una revisión Cochrane49 afi rma
una muestra muy reducida, que confi rma cierta efi cacia
que es efi caz en esta enfermedad. Un metaanálisis reciente50
en algunos dominios de la enfermedad40. Aunque se está
localizó 5 ECA que comparaban pregabalina con placebo.
utilizando ampliamente en la práctica clínica, en este mo-
Los autores concluyeron que existe una fuerte evidencia de
mento debe considerarse una técnica experimental con
efi cacia en la reducción del dolor y en la mejoría del sueño
y la calidad de vida. Se observó además una reducción en la ansiedad y la fatiga pero la magnitud del efecto era peque-ña. No se observaron diferencias en la depresión. Un ECA51
Recomendaciones para el tratamiento del grupo 1
de 6 meses de duración (The FREEDOM Trial) analizó, en 1.051
de Giesecke
pacientes que inicialmente respondieron a pregabalina, si la duración del efecto se mantenía en el tiempo. Al fi nal del
Según Giesecke et al.6 este subgrupo podría representar
estudio el 68 % de los tratados con pregabalina compara-
el paciente «típico» con fi bromialgia, especialmente a los que
dos con el 39 % de los tratados con placebo mantuvieron la
son atendidos en el ámbito de atención primaria. El rasgo
respuesta terapéutica en relación a la mejora del dolor, las
diferencial es que muestran un incremento sólo moderado
alteraciones del sueño, la fatiga y el nivel funcional.
de la sensibilidad dolorosa a la presión, muy inferior a la ob-servada en los grupos 2 y 3, aunque la intensidad subjetiva
Los antidepresivos de primera generación (antidepresivos
del dolor (medida con una escala analógica visual) es similar
tricíclicos e inhibidores de la monoaminooxidasa [IMAO]) son
en los 3 grupos. Este subgrupo es el más numeroso e incluye
tan efi caces como los inhibidores selectivos de la recaptación
aproximadamente al 50 % de las pacientes que reúnen cri-
de serotonina (ISRS) en el tratamiento de la depresión mayor,
terios clínicos de fi bromialgia. Se caracteriza por una hipe-
pero se toleran peor, tienen más efectos adversos, mayores
ralgesia baja, puntuaciones intermedias en los cuestionarios
tasas de abandono y mayor peligro en caso de intoxicación52.
específi cos de depresión y ansiedad, y un nivel moderado de
La amitriptilina en dosis antidepresivas puede ser más efi caz
catastrofi smo y de la capacidad de afrontamiento del dolor.
que los ISRS en casos de depresión grave que requieran in-greso, pero no en la depresión que se puede tratar de forma
Aunque el paracetamol y los antiinfl amatorios no es-
ambulatoria, y su tolerancia es signifi cativamente peor46. Las
teroideos (AINE) están entre los fármacos más prescritos en
principales guías de práctica clínica incluyen a los ISRS en-
fi bromialgia41, estos fármacos en los ECA no han demostrado
tre los fármacos de primera elección en el tratamiento de
ser superiores al placebo42. Con los datos actuales no puede
la depresión53. Un metaanálisis reciente54 localizó 13 ECA
recomendarse su uso en pacientes con fi bromialgia, salvo
que analizan la efi cacia de los ISRS en la fi bromialgia. Todos
en el caso de que el paciente presente asociada otra enfer-
mostraron resultados positivos excepto 2 estudios con citalo-
medad en la que estos fármacos sí hayan demostrado ser
pram y uno con paroxetina. Otros 3 ECA también mostraron
efi caces, como artrosis o dolor de partes blandas43.
resultados positivos con los inhibidores duales de la recapta-ción de serotonina y noradrenalina (IRSN) (duloxetina y mil-
Varios metaanálisis44-48 que analizan la efi cacia de los
nacipram). La magnitud del efecto, cuando se comparó con
antidepresivos en la fi bromialgia, algunos muy recientes,
el placebo, en la reducción del dolor, fue pequeña en ambos
apoyan la utilidad del antidepresivo tricíclico amitriptilina.
grupos (–0,39 para los ISRS y –0,36 para los IRSN), muy in-
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
Tabla 6 Recomendaciones generales para el grupo 1 Recomendación Grado de recomendación Calidad de la evidencia
No se recomienda el uso de paracetamol y AINE para el tratamiento de la
fi bromialgia, salvo en el caso de que existan enfermedades asociadas que justifi quen su uso.
La depresión asociada a la fi bromialgia puede tratarse con ISRS o con duales
La amitriptilina en dosis bajas (25-50 mg) puede mejorar el dolor, la fatiga,
La pregabalina es superior al placebo en la reducción del dolor, la mejora del
Otras opciones de tratamiento son la ciclobenzaprina, tramadol,
gabapentina, pramipexol y oxibato sódico
AINE: antiinfl amatorios no esteroideos; IRSN: inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina; ISRS: inhibidores selectivos de la
ferior a la de la amitriptilina (–1,64). Basándose en los datos
tionarios de depresión y de catastrofi smo. La depresión es un
anteriores habría fundamentalmente 3 posibilidades:
aspecto clave en el tratamiento del dolor porque disminuye la efi cacia de los analgésicos. El catastrofi smo también co-
a) Utilizar un ISRS (evitando el citalopram) y valorar com-
rrelaciona con mayor intensidad y sensibilidad al dolor, así
binarlo con otros fármacos de acción analgésica en fi -
como a mayor discapacidad. Por otra parte, está demostrado
bromialgia (amitriptilina a dosis bajas, pregabalina, cic-
que el papel del catastrofi smo (un factor cognitivo existen-
te en todos los síndromes de dolor crónico) como factor de
b) Emplear el inhibidor dual de la recaptación de nora-
cronifi cación y discapacidad es mucho más importante en la
drenalina duloxetina (o milnacipram cuando esté co-
fi bromialgia que en otras enfermedades60 (tabla 7).
mercializado en España) y valorar posibles asociaciones (evitando los antidepresivos tricíclicos ya que tienen un
El más reciente y exhaustivo metaanálisis sobre la efi -
cacia de los antidepresivos en el tratamiento de la fi bro-
c) Utilizar amitriptilina en dosis antidepresivas asumiendo
mialgia60 concluye que los antidepresivos tricíclicos mues-
tran una efi cacia elevada (magnitud del efecto [ME]: –1,64; intervalo de confi anza [IC] del 95 %, –2,7 a –0,71); los IMAO
No hay ECA que comparen estas estrategias terapéu-
una efi cacia media (ME: –0,54; IC del 95 %, –1,02 a –0,07),
ticas, pero las 3 opciones parecen válidas. En otros cuadros
mientras que tanto ISRS como los IRSN sólo demuestran una
de dolor crónico que asocian depresión otra alternativa es
efi cacia pequeña (ME: –0,39; IC del 95 %, –0,77 a –0,01 para
utilizar un antidepresivo tricíclico con mejor perfi l de efec-
los ISRS, y ME: –0,36; IC del 95 %, –0,46 a –0,25). Parecen
tos secundarios que la amitriptilina. Está opción no parece
especialmente útiles no sólo en la depresión, sino también
recomendable en la fi bromialgia, ya que el único ECA con
en dolor, fatiga, sueño y calidad de vida.
nortriptilina no mostró superioridad sobre el placebo55,56.
Además de los antidepresivos y la pregabalina hay un
conjunto de fármacos que han demostrado efi cacia en al menos un ECA y que deben considerarse como alternativas:
Aunque según algunos metaanálisis61 son los antidepresi-
ciclobenzaprina, tramadol, gabapentina, pramipexol y oxi-
vos más efi caces, su tolerancia es limitada y producen impor-
tantes interacciones con otros fármacos, un aspecto a tener muy en cuenta en pacientes polimedicados como éstos. Por otra parte, los metaanálisis acerca de la efi cacia de los anti-
Recomendaciones para el tratamiento del grupo 2
depresivos tricíclicos concretos presentan resultados limitados.
de Giesecke
Así, cuando se analiza amitriptilina62, que es el antidepresivo más estudiado, se confi rma que dosis de 50 mg/día (4 ensayos
Este subgrupo se caracteriza por un elevado grado de
controlados) no demuestran un efecto terapéutico comparado
dolor junto a la presencia de elevadas puntuaciones en cues-
con placebo. Existe alguna evidencia de que 25 mg/día de ami-
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
Tabla 7 Recomendaciones generales para el grupo 2 Recomendación Grado de recomendación Calidad de la evidencia
Si existen niveles moderados o graves de depresión se recomienda utilizar
Los antidepresivos de elección son los denominados duales: duloxetina
(60-120 mg/día) o milnacipram (100 mg/día). Los antidepresivos tricíclicos son igual de efi caces, pero presentan múltiples efectos secundarios e interacciones medicamentosas, por lo que son peor tolerados en pacientes polimedicados, como es habitual en fi bromialgia
Si existen niveles elevados de catastrofi smo es recomendable usar
psicoterapia cognitivo-conductual. No parece que el catastrofi smo disminuya con tratamiento farmacológico y es un constructo que empeora notablemente el pronóstico
Si existen niveles moderados o graves de ansiedad se recomienda utilizar un
antidepresivo (ISRS, duloxetina o venlafaxina) o pregabalina
En caso de niveles elevados de hiperalgesia está indicado el uso de
triptilina son efi caces a corto plazo (< 8 semanas). Sin embargo,
maco en fi bromialgia66-67 aunque los datos son contradic-
no parece que dosis mayores sean efi caces ni que ninguna dosis
torios, ya que hay estudios que no encuentran efi cacia.
sea efi caz a un plazo mayor de 8 semanas.
Sobre estas bases, no podemos recomendar el uso siste-
mático de ISRS en la fi bromialgia. Inhibidores de la monoaminooxidasa
Aunque la efi cacia de estos fármacos es moderada, no se
Antidepresivos inhibidores de la captación de sero-
encuentran accesibles en España y, además, la gran variedad
de interacciones farmacológicas y alimentarias que produ-cen los desaconsejan totalmente en pacientes polimedicados
a) Duloxetina. Es el antidepresivo no tricíclico que cuenta
con mayor evidencia científi ca68,69. En dosis habituales (60-120 mg/día) mejora el dolor y el funcionamiento general del paciente con o sin depresión.
Inhibidores selectivos de la recaptación de seroto-b) Milnacipram. Es un antidepresivo dual, inhibidor de la
recaptación de noradrenalina y serotonina que, en dosis habituales (100-200 mg/día), mejora el dolor y el funcio-
Son los antidepresivos más utilizados, sin embargo, su
namiento general de los pacientes con fi bromialgia70.
utilidad en la fi bromialgia es limitada. Los estudios por fár-macos específi cos demuestran lo siguiente:
La ansiedad es otro síntoma frecuente en este subtipo
de fi bromialgia, como se describe en la defi nición de Gie-
a) Fluoxetina. Es el primer ISRS que se utiliza en fi bro-
secke6. No hay evidencia científi ca que avale el uso de ben-
mialgia, inicialmente asociada a la amitriptilina, y se
zodiazepinas de forma crónica en estos pacientes. Se reco-
ha llegado a la conclusión de que su combinación es
mienda controlar este síntoma con antidepresivos (los ISRS
más efectiva que el tratamiento de la fi bromialgia con
paroxetina y citalopram así como los antidepresivos duales
ambos aisladamente63. Estudios posteriores son contra-
duloxetina y venlafaxina poseen la indicación de trastorno
dictorios ya que mientras unos confi rman su efi cacia en
de ansiedad generalizada en las dosis utilizadas como anti-
diferentes dominios de la fi bromialgia, otros no encuen-
depresivo) o con pregabalina71 que, además de ayudar con-
tran que sea más efi caz que placebo64.
trolar el dolor, también posee la indicación de trastorno de
b) Paroxetina65. Mejora el funcionamiento general de los
ansiedad generalizada (a dosis de 150-450 mg/día).
pacientes con fi bromialgia aunque no presenten depre-sión ni ansiedad, pero su efecto sobre el dolor parece
Algunos pacientes de este subgrupo pueden presentar
niveles elevados de hiperalgesia. En ellos estaría indicado el
c) Citalopram. También hay estudios positivos de este fár-
tratamiento con gabapentina o pregabalina72.
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
Tabla 8 Recomendaciones generales para el grupo 3 Recomendación Grado de recomendación Calidad de la evidencia
En pacientes con fi bromialgia con alto grado de afrontamiento de la
enfermedad y con bajo perfi l catastrofi sta de su problema, no se puede recomendar de forma general tratamiento farmacológico y/o psicológico de tipo cognitivo-conductual, ya que parten de un adecuado nivel de partida para «convivir» con su enfermedad
El tratamiento farmacológico se debería proponer para tratar el dolor y los
síntomas añadidos a la enfermedad, según la evidencia clínica disponible y experiencia del médico, al igual que en los otros subgrupos
Serían recomendable terapias psicológicas de mantenimiento a lo largo de
Se debe recomendar ejercicio aeróbico supervisado como en el resto de
subgrupos, incluso con mayor posibilidad de continuidad de seguimiento, debido a la supuesta mayor motivación de los pacientes derivado de su mejor estado anímico inicial y mayor nivel de hiperalgesia
La psicoterapia parece imprescindible en este subgrupo
Hay pocos estudios controlados a medio y largo plazo
de pacientes que muestra distorsiones cognitivas medibles
(como máximo de 6 meses de duración)75,76 para el tratamien-
como es el catastrofi smo. Algunas de las psicoterapias que
to paliativo de la sintomatología asociada a la fi bromialgia
que hayan demostrado efi cacia comparada al placebo. Por este motivo, se recomienda en este subgrupo de pacientes
a) Cognitivo-conductual. Aunque los estudios demues-
el uso estos tratamientos (pregabalina o duloxetina) en fun-
tran que la terapia cognitivo-conductual aislada
ción de la experiencia clínica previa de los profesionales con
utilizada en pacientes de fi bromialgia en general no
muestra claros benefi cios sobre programas grupales de educación o ejercicio, en subgrupos específi cos como
La efi cacia encontrada en los estudios mencionados
éste, en los que hay gran malestar psicológico, resulta-
parece independiente de si los pacientes presentaban al-
teraciones anímicas previamente o no. Sin embargo, no
b) Meditación. Se demuestra que la psicoterapia basada en
se ha estudiado específi camente la efi cacia teniendo en
la meditación (una sesión semanal durante 8 semanas)
cuenta esta clasifi cación en subgrupos. Serían necesarios
es efi caz en mejorar los síntomas de depresión en estos
nuevos ensayos determinar el comportamiento de los fár-
pacientes y se considera que es especialmente útil en
macos en este subgrupo de pacientes que no tienen tras-
tornos anímicos ni estados psicológicos alterados, ya que no habría un efecto benefi cioso antidepresivo sobreaña-dido (en el caso de la duloxetina) o ansiolítico (en el caso
Recomendaciones para el tratamiento del grupo 3 de Giesecke
En este grupo se deberían implementar terapias encami-
Este subgrupo se caracteriza por presentar valores nor-
nadas a mantener y fortalecer los parámetros benefi ciosos en-
males de depresión y ansiedad, muy bajos valores de catas-
contrados (estado anímico, catastrofi smo y afrontamiento).
trofi smo y el más elevado control percibido sobre el dolor, pero elevada hiperalgesia y sensibilidad al dolor (tabla 8).
Se ha evaluado en varios estudios cómo afectan el ca-
tastrofi smo, el afrontamiento y el estado anímico al curso
Dadas sus características, este grupo es el que teórica-
clínico y pronóstico de la fi bromialgia77,78, y cómo mejoran
mente menos se benefi ciaría de un tratamiento farmacológi-
dichos pacientes tras modifi car estas variables79,80. Sin em-
co encaminado a mejorar el estado anímico, o al menos que
bargo, no hay estudios específi cos sobre tal mejoría cuando
intente ayudar a afrontar los síntomas anímicos relaciona-
se parte de un estado anímico adecuado, un nivel de afron-
dos con la enfermedad. Tampoco sería el grupo más indicado
tamiento de la enfermedad alto y un nivel de catastrofi smo
para realizar terapias cognitivas encaminadas a reforzar di-
bajo. Parece obvio que en estos casos estaría menos indicada
cho estado anímico y/o de afrontamiento de la enfermedad,
una terapia específi ca para mejorar estos parámetros, y sí en
ya que éste se encuentra en un nivel adecuado.
cambio una terapia psicológica de reforzamiento de estas
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
variables, pero debe realizarse un estudio con una metodo-logía adecuada para comprobar dicha argumentación.
Se acordó, por tanto, que en el abordaje de los diferen-
tes subgrupos la base de tratamiento común consiste en la
Existe un alto nivel de evidencia de que el ejercicio
educación e información a los pacientes, (entendiendo como
aeróbico supervisado tiene efectos benefi ciosos sobre la
educación la corresponsabilización del paciente en el cum-
capacidad física y ciertos síntomas asociados a la fi bro-
plimiento de las diversas estrategias) y el ejercicio físico (de
mialgia81. Todavía falta conocer si estos benefi cios se man-
tipo aeróbico, de fortalecimiento muscular y de fl exibilidad/
tienen a largo plazo. Aunque tampoco hay estudios es-
estiramiento, aunque los pacientes con fi bromialgia los tole-
pecífi cos acerca de tales benefi cios en este subgrupo de
pacientes, no parece a priori existir ningún impedimento para su recomendación, sino al contrario, el partir de un
Respecto al tratamiento farmacológico también exis-
buena adecuación a la enfermedad haría teóricamente más
te un consenso claro en no recomendar el uso de analgé-
fácil iniciar y mantener dicho tratamiento. Además, en es-
sicos. Los AINE y el paracetamol no son efi caces (su modo
tos pacientes la hiperalgesia se encuentra elevada, y se ha
de acción no es congruente con la fi siopatología de la fi -
visto que con este tipo de terapia disminuye el dolor y los
bromialgia). Esto resulta especialmente importante ya que
a pesar de que la evidencia, los expertos y hasta el propio paciente manifi estan esta falta de efi cacia, estos fármacos acostumbran erróneamente a ser el primer paso terapéutico.
CONCLUSIONES
Los opiáceos mayores tampoco han demostrado ser efi caces. El tramadol, en ensayos clínicos con bajo nivel de evidencia,
Entre los numerosos consensos publicados sobre la fi -
y la amitriptilina en dosis bajas, parece que presentan algún
bromialgia, son escasos los que se han realizado mediante
efecto analgésico, aunque esta última se emplea habitual-
la coordinación de las diversas especialidades que diag-
mente para mejorar la calidad del sueño y la fatiga. Pero
nostican o tratan el síndrome. Además, contrariamen-
la pregabalina es el fármaco más utilizado, por haberse de-
te a la propuesta mayoritaria de las guías vigentes, que
mostrado efi caz en varios ensayos clínicos Ha sido el primer
contemplan la fi bromialgia de manera unitaria, todos los
fármaco aprobado por la FDA para esta indicación.
profesionales consultados en el grupo de expertos, cada uno de ellos desde su propia práctica, clasifi can la fi bro-
Es común también en todos los subgrupos el uso de an-
mialgia en diversos subgrupos para su mejor abordaje.
tidepresivos, ya sean ISRS, duales, IRSN o amitriptilina en
Por este motivo el primer paso para la elaboración del
dosis antidepresivas. El tratamiento antidepresivo en fi bro-
consenso ha consistido en la elección de una clasifi cación
mialgia también está evolucionando y la FDA ha aprobado
de fi bromialgia que permitiera asignar a los pacientes en
recientemente dos fármacos nuevos, duloxetina y milnaci-
diferentes subgrupos según una serie de características
pram. Estos IRNS parecen tener más efi cacia sobre el dolor
distintivas. Después del análisis de las diversas clasifi ca-
ciones publicadas, el grupo de expertos responsable de este documento acordó que la clasifi cación que mejor se
Independientemente de estas recomendaciones genera-
adapta a la práctica clínica, y que además ha sido elabo-
les en el manejo del subgrupo 1, que es el que con mayor
rada de forma más rigurosa es la propuesta por Giesecke6.
frecuencia se presenta en la práctica clínica, debería aten-
Esta clasifi cación agrupa a los pacientes en tres grupos
derse especialmente la ansiedad y depresión, mientras que
distintos, en función de su valoración según tres aspectos
en el subgrupo 2, donde el catastrofi smo es un factor de
clave: la hiperalgesia, la depresión/ansiedad y el catas-
cronicidad, la psicoterapia es imprescindible además del tra-
trofi smo. Esta valoración permite seguir un algoritmo de
tamiento de la ansiedad y la depresión. Por último, en el
diagnóstico y evaluación de la fi bromialgia con el que es-
subgrupo 3, donde la depresión/ansiedad es baja y el afron-
tudiar procesos asociados y poder subclasifi carla. En cual-
tamiento alto, es donde encontramos mejores respuestas a
quier caso, aunque en el momento actual ésta es la mejor
las pautas indicadas, y no es tan necesario el uso de antide-
forma disponible de clasifi cación, es probable que en el
presivos ni de psicoterapia, sino insistir más en el ejercicio
futuro se elaboren otras clasifi caciones más ajustadas a
la práctica clínica, que no den tanto valor al concepto de alteración psicológica.
Este documento de consenso ha intentado establecer
unas pautas comunes entre las diversas especialidades que
La primera ronda del Delphi puso de manifi esto una
atienden al paciente fi bromiálgico para que, en caso de se-
importante disparidad de criterios respecto al manejo de la
guirse, eviten o reduzcan la confusión que sufre el paciente
fi bromialgia. Sin embargo, se observó que había un consen-
por las cambiantes posibilidades terapéuticas que les ofre-
so en la necesidad de tener en cuenta subgrupos diferen-
cen en las diversas puertas a las que llaman. Añade la ventaja
tes de pacientes y en utilizar un tratamiento básico común
de poder observar en el futuro si las pautas establecidas cla-
para todos los subgrupos basado en información, educación
rifi can el grado de conocimiento sobre la efi cacia de los tra-
y ejercicio físico. La segunda ronda ya permitió establecer
tamientos propuestos, bien en su conjunto, bien en concreto
diferencias entre los tratamiento que comúnmente se usan
sobre subgrupos específi cos. Sabemos que cada paciente es
único y que requiere un tratamiento individualizado, pero
Documento de Consenso interdisciplinar para el tratamiento de la fi bromialgia
que hacerlo siguiendo un marco común de actuación como
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